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Ejecutivo del partido

Solidaridad más allá de las fronteras: Proteger la vida en todo el mundo

Hasta ahora la globalización ha estado marcada por el paradigma del libre comercio, de la producción capitalista y la competencia entre los estados naciones. El coronavirus muestra claramente que aquel mundo no es capaz de contrarrestar efectivamente la amenaza de una pandemia. La solidaridad, la cooperación y el apoyo mutuo sólo pueden tener éxito si se convierten también en los principios de la política exterior y económica.

El ser humano, su integridad y sus necesidades básicas deben volver al centro de atención de la política. DIE LINKE, junto con sus partidos hermanos, se compromete a fortalecer aquellas ideas en la política internacional y a apoyar las iniciativas para el desarrollo de una visión de la convivencia pacífica y solidaria de las personas en todo el mundo. La pandemia del coronavirus nos deja claro: Ocho mil millones de personas no sólo están inseparablemente vinculadas, sino también solo tienen este mundo. Es hora de actuar y salvarnos juntxs de las crisis de un capitalismo global.

La sacudida de la pandemia del coronavirus se muestra global. Tiene un enorme impacto en la forma en la que vivimos juntxs, en la constitución de nuestras sociedades y sus relacionadas formas de la producción prevaleciente.

La crisis global por el coronavirus marca una ruptura histórica. El mundo parece desmoronarse: alrededor de dos mil millones de personas, casi un tercio de la población mundial, están bajo un toque de queda históricamente único y epidemiológicamente justificado. Esta situación lleva a resultados dramáticos tanto en los países afectados como con respecto a las relaciones comerciales globales. En nuestro país, por ejemplo, las grandes cadenas de la industria textil están cerrando sus sucursales debido al coronavirus, lo que no sólo provoca graves pérdidas financieras para las trabajadoras y trabajadores en las tiendas, sino que también causa despidos masivos en Bangladesh y Pakistán en las fábricas textiles. La pandemia del coronavirus destruye las cadenas mundiales de suministro y tiene impactos graves en la economía mundial.

La crisis del Coronavirus exacerba las profundas distorsiones sociales y económicas. Esto afecta mucho más que solo la forma en que producimos y consumimos. Pero la crisis del coronavirus también amenaza a nuestro tejido social y a la democracia. No se detiene ante los estados, culturas o religiones. Por lo tanto, hay que combatir aquella crisis internacionalmente en un espíritu de cooperación y solidaridad. No obstante, en muchos lugares se observa soluciones nacionales y autoritarias.

Por ejemplo en la Hungría, miembro de la Unión Europea, o en los Estados Unidos y en Brasil, la derecha no sólo pone en peligro de manera negligente la salud de las ciudadanas y ciudadanos, sino también aprovecha la situación por sus agendas nacionalistas y medidas antidemocráticas en medio del estado de excepción.

La crisis del coronavirus se utiliza en muchos lugares para nutrir resentimientos ya conocidos. En Bulgaria, por ejemplo, se observa un aterrador incremento del antiziganismo contra Sintis y Romaníes. Y en Filipinas, el dictador Rodrigo Duterte amenaza a grupos de la izquierda con la orden de disparar porque supuestamente utilizarían la crisis del coronavirus para sembrar discordia.

También en Alemania, los partidos y corrientes antidemocráticos, como la Alternativa para Alemania (AfD por sus siglas en alemán), están utilizando teorías de conspiración absurdas para tratar de relacionar la pandemia con refugiados u otros grupos particulares. Quieren aprovechar la crisis para enfatizar la política de aislamiento. El racismo exacerba las consecuencias de la pandemia para grupos ya marginalizados y envenena las formas de convivencia.

DIE LINKE, por otro lado, representa solidaridad y cooperación internacional. Por lo tanto, apoyamos las iniciativas internacionales en la lucha contra el coronavirus, ya sean bilaterales o multilaterales o de las Naciones Unidas:

1. Para un cese del fuego a escala global en lugar de las maniobras militares y las exportaciones de armas

El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió un alto al fuego a nivel global. Llamó a todas las partes en conflictos en todo el mundo para "silenciar los fusiles, detener la artillería y poner fin a los ataques aéreos". Ahora era el momento de que el mundo se enfrentara a un enemigo común, el coronavirus, y de movilizar todas las fuerzas y esfuerzos para hacerlo.

Como partido de la paz, DIE LINKE apoya este llamado del Secretario General de la ONU. Pedimos al Gobierno Federal de Alemania que traduzca estas palabras en acción. No hay tiempo para maniobras militares internacionales, otros gestos amenazantes o el cumplimiento de las demandas de armamento de la OTAN.

Las operaciones militares deben ser terminadas. Las exportaciones de armas deben ser detenidas. El Gobierno Federal de Alemania debe apoyar la iniciativa de António Guterres y utilizar el peso económico y diplomático para dejar esto claro a otros estados.

2. Suspensión de todas las sanciones económicas

En vista de la pandemia mundial del coronavirus, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, abogó por la suspensión de las sanciones internacionales contra los distintos Estados, mencionando en particular a Irán, Cuba, Corea del Norte, Venezuela y Zimbabue.

DIE LINKE rechaza en principio las sanciones económicas como medio de política internacional, porque regularmente no afectan a los gobiernos corruptos o autoritarios, sino a las ciudadanas y ciudadanos mismos.

DIE LINKE también acoge expresamente esta iniciativa porque ahora será decisivo para todas las personas en todo el mundo que en ningún país del mundo se derrumben los sistemas de salud y que los países afectados puedan adquirir en el mercado global los productos médicos urgentemente necesarias y recurrir a los correspondientes préstamos bancarios.

Rechazamos firmemente los renovados intentos que se están haciendo desde hace tiempo para iniciar un nuevo acuerdo de libre comercio como el TTIP.

3. Fortalecimiento de la atención de la salud a nivel mundial

Las Naciones Unidas exigen un total de 233 millones de euros a la comunidad internacional para combatir la crisis mundial del coronavirus. Sólo la Agencia de Refugiados de la ONU necesita 30.2 millones de euros para garantizar un nivel mínimo de protección para los refugiados contra el coronavirus. Pedimos al Gobierno Federal de Alemania que apoye la creación de un “Fondo Corona” en la ONU. En el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Gobierno Federal debe exigir que los pagos nacionales anuales a la Organización Mundial de la Salud y a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados dejen de ser voluntarios y se conviertan en contribuciones obligatorias para proteger la salud de todas las personas a nivel mundial.

Abogamos por un nuevo entendimiento a nivel internacional sobre el concepto de "Salud para todos". Más de dos mil millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a medicamentos y 25 millones mueren cada año de enfermedades que serían fáciles de tratar.

Es hora de reconocer la simple verdad que aplica en todo el mundo: Cualquier sistema de salud pública es tan fuerte como su paciente más pobre. En vista de la amenaza de una recesión mundial, DIE LINKE también renueva su llamamiento para un recorte global de la deuda para los países pobres. Cuando el Ministro de Finanzas Olaf Scholz en Alemania saca la "bazuca" y promete crédito ilimitado para las empresas ante las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus, no sólo deben absorberse a nivel mundial las cadenas de suministro que se están colapsando, sino también los que producen una gran parte de nuestros bienes en las fábricas de explotación y las salas de fabricación del Sur y ahora literalmente caen de espaldas a sus vidas desnudas en la nada.

4. No hay patentes de medicamentos esenciales

DIE LINKE apoya todas las demandas actuales para que una vacuna contra el coronavirus esté disponible para toda la humanidad sin costos ni patentes. Todas las empresas farmacéuticas que posean patentes sobre cualquier sustancia activa y medicamentos que puedan contribuir al desarrollo de una vacuna contra el coronavirus deben poner sus investigaciones y resultados a disposición del público de forma gratuita. Porque en consecuencia las patentes sobre vacunas y medicamentos esenciales son mortales, ya que dan a las empresas farmacéuticas una posición de monopolio y, en particular, excluyen a los sistemas de salud de los países más pobres del uso de medicamentos esenciales. Ya es hora de cuestionar radicalmente la ley de patentes vigente para todos los medicamentos esenciales. Los medicamentos seguros y eficaces, pero sobre todo baratos, son fundamentales para la atención sanitaria a escala mundial. Más que nunca, esto debería aplicarse: La investigación en materia de salud debe convertirse en un bien público mundial y los medicamentos esenciales deben excluirse de la protección de patentes por principio, de modo que todos los afectados puedan beneficiarse realmente de ellos.

5. Por una solidaridad genuina en la UE y en todo el mundo

Cientos de expertos cubanos han viajado a los países más afectados por el coronavirus en las últimas semanas y están ayudando en las respectivas regiones.

Es vergonzoso que la Unión Europea está actuando tan reticente a apoyar las áreas de emergencia médica en Italia, España, pero también en Francia. El hecho de que los médicos cubanos estén enviando una delegación a Europa, a las áreas de emergencia italianas, dice mucho sobre la situación de la política sanitaria en Europa.

Es un escándalo cómo el Gobierno alemán ha bloqueado hasta ahora la ayuda de la Comunidad Europea a los países especialmente afectados por el coronavirus o quiere vincularla a condiciones y requisitos completamente anticuados. Cuando los alcaldes italianos, por ejemplo de la región particularmente afectada de Bérgamo, recuerdan ahora al Gobierno Federal de Alemania con amplios anuncios en periódicos que después de 1945 su países europeos vecinos, que anteriormente habían sido asolados por el fascismo nazi, redujeron a la mitad y aplazaron las deudas de la Alemania de la posguerra, esto nos obliga empujar un cambio de la política:

Nuestra crítica de la Unión Europea también se aplica aquí: Europa - sólo en solidaridad!

Esto se aplica a la admisión de personas enfermas, el intercambio de bienes médicos como la ayuda financiera directa para apoyar las economías y los sistemas de salud en colapso. Pero también se refiere a los refugiados en Europa y a la situación insostenible respecto a los derechos humanos en las fronteras exteriores de Europa. Exigimos al Gobierno Federal de Alemania que ponga fin a la situación en las fronteras exteriores de la UE. Cualquiera que entre en suelo europeo debe tener todos los derechos al llegar, como se establece en los tratados constitutivos de la Unión Europea. Entre ello se encuentran el derecho de asilo y la Convención de Ginebra sobre los Refugiados. También incluye detener las deportaciones y en su lugar aceptar a las personas.

Apoyamos la campaña #LeaveNoOneBehind ("No dejes atrás a nadie"). Todas las personas tienen derecho a una protección adecuada contra el virus. Ningún campo de refugiados debería convertirse en un cementerio por falta de protección.

Exigimos y apoyamos expresamente que los estados federales con participación de la izquierda en el gobierno hayan demostrado recientemente su solidaridad con los refugiados en Grecia y una vez más su voluntad de recibirlos. Exigimos al Gobierno Federal que despeje el camino para que los estados federales y los municipios que se han declarado refugio seguro puedan recibir a los refugiados.

DIE LINKE en los parlamentos estatales y en los gobiernos estatales marca la diferencia, ejerce presión y exige: #WirhabenPlatz (tenemos espacio).

6. Comprender la paz, la cuestión social y la salud a nivel mundial

La pandemia de la corona nos deja claro: Ocho mil millones de personas no sólo están inseparablemente vinculadas, sino también solo tienen este mundo. Es hora de actuar y salvarnos juntxs de las crisis de un capitalismo global. El movimiento global contra el cambio climático podría ser una buena referencia para una nueva solidaridad internacional, también para los sindicatos y a las y los trabajadores del sector de la salud, del comercio minorista y de muchos otros sectores.

Esto subraya una vez más nuestra demanda de una transformación socio-ecológica y el cambio radical en la forma en que producimos y pensamos la economía.